Porque en al menos un aspecto de California, la California, estamos hablando de resonios, se supone que aquellos que ausentes de sus bendiciones han sido desterrados, exiliados por alguna perversidad del corazón. ¿No se comió la fiesta de Rees Donner-Reed, después de todo, muerto para llegar a Sacramento?
(because in at least one respect California-the California we are talking about-resembles Eden: it is assumed that those who absent themselves from its blessings have been banished, exiled by some perversity of heart. Did not the Donner-Reed Party, after all, eat its own dead to reach Sacramento?)
En el "encorvado de Joan Didion hacia Belén", el autor reflexiona sobre California como un lugar que encarna tanto el paraíso como el peligro. Ella sugiere que el encanto del estado es tan potente que lleva a la noción de que aquellos que se van o no participan en sus oportunidades han elegido de alguna manera el exilio. Esta percepción pinta una imagen de California como una tierra prometida, donde la aceptación indica valía, mientras que el rechazo significa un fracaso moral.
La referencia de Didion a la fiesta de Rees de Donner sirve como una marcada ilustración de las longitudes a las que las personas irán a lograr sus sueños en California, incluso recurrir a medidas desesperadas. La sombría historia subraya la idea de que la promesa de California viene con un pasado oscuro, insinuando las complejidades que subyacen a su encanto seductor. Por lo tanto, Didion revela la dualidad de California, donde florecen los sueños pero a costos potencialmente grandes.