Author: John Perkins
Quotes of Author: John Perkins
  1. John Perkins _ The Secret History of the

    1 and 2. The United States represents less than 5 percent of the world's population; it consumes more than 25 percent of the world's resources. This is accomplished to a large degree through the exploitation of other countries, primarily in the developing world. Point 3. The United States maintains the largest and most sophisticated military in the world. Although this empire has been built primarily through economics-by EHMs-world leaders understand that whenever other measures fail, the military will step in, as it did in Iraq. Point 4. The English language and American culture dominate the world. Points 5 and 6. Although the United States does not tax countries directly, and the dollar has not replaced other currencies in local markets, the corporatocracy does impose a subtle global tax and the dollar is in fact the standard currency for world commerce. This process began at the end of World War II when the gold standard was modified; dollars could no longer be converted by individuals, only by governments. During the 1950s and 1960s, credit purchases were made abroad to finance America's growing consumerism, the Korean and Vietnam Wars, and Lyndon B. Johnson's Great Society. When foreign businessmen tried to buy goods and ser vices back from the United States, they found that inflation had reduced the value of their dollars-in effect, they paid an indirect tax. Their governments demanded debt settlements in gold. On August 15, 1971, the Nixon administration refused and dropped the gold standard altogether. Washington
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  2. John Perkins _ Bir Ekonomik Tetikçinin

    Kendi otomobilini üretemeyen ülkeye borç verip otobanlar yaptırırız. Sonra onlara arabalarımızı satarız. Sonra bankalarını satın alırız. O bankalardan halka ucuz krediler verip daha çok araba almalarını sağlarız. Böylece verdiğimiz o krediyi arabamızı satarak geri alırız, hem de faiziyle. O ülkeye dünya bankası ya da kardeş kurumlardan kredi ayarlarız. Ayarlanan kredi "ASLA" o ülkenin hazinesine gitmez. O ülkede 'proje' yapan bizim şirketlerimizin kasasına girer. Enerji santralleri, sanayi alanları, limanlar, dev havaalanları yapılır. Aslında insanların işine yaramayan bir yığın beton. Bizim şirketlerimiz kazanır o ülkedeki birileri de nemalandırılır. Toplum bu düzenekten hiçbirşey kazanmaz. Ama ülke büyük bir borcun altına sokulmuş olur. Bu o kadar büyük bir borçtur ki ödenmesi imkansızdır. Plan böyle işler. Sonunda ekonomik danışmanlar/tetikçiler olarak gider onlara deriz ki; "Bize büyük borcunuz var ödeyemiyorsunuz. O zaman petrolünüzü satın, doğal gazınızı bize verin, askeri üslerimize yer gösterin, askerlerinizi birliklerimize destek olmaları için savaştığımız bölgelere gönderin, Birleşmiş Millletler de bizim için oy verin! Elektrik su kanalizasyon sistemlerinizi özelleştirin! Onları Amerikan şirketlerine ya da diğer çok uluslu şirketlere satın..." Sosyal hizmetleri, teknik sistemleri, eğitim kurumlarını, sağlık kurumlarını hatta adli sistemleri ele geçiririz. Bu, ikili, üçlü, dörtlü bir darbeler serisidir."
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  3. John Perkins _ Confesiones de un gángster

    Hoy esos hombres y mujeres van a Tailandia, a Filipinas, a Botswana, a Bolivia y a cualquier parte donde esperan encontrar gentes que necesitan con desesperación un trabajo. Van a esos países con la intención deliberada de explotar a los desdichados, a seres que tienen hijos desnutridos o famélicos, que viven en barrios de chabolas y que han perdido toda esperanza de una vida mejor; que incluso han dejado de soñar en un futuro. Esos hombres y mujeres salen de sus fastuosos despachos de Manhattan, de San Francisco o de Chicago, se desplazan entre los continentes y los océanos en lujosos jets, se alojan en hoteles de primera categoría y se agasajan en los mejores restaurantes que esos países puedan ofrecer. Luego salen a buscar gente desesperada. Son los negreros de nuestra época. Pero ya no tienen necesidad de aventurarse en las selvas de África en busca de ejemplares robustos para venderlos al mejor postor en las subastas de Charleston, Cartagena o La Habana. Simplemente reclutan a esos desesperados y construyen una fábrica que confeccione las cazadoras, los pantalones vaqueros, las zapatillas deportivas, las piezas de automoción, los componentes para ordenadores y los demás miles de artículos que aquéllos saben colocar en los mercados de su elección. O tal vez prefieren no ser los dueños de esas fábricas, sino que se limitan a contratar con los negociantes locales, que harán el trabajo sucio por ellos. Esos hombres y mujeres se consideran gente honrada. Regresan a sus países con fotografías de lugares pintorescos y de antiguas ruinas, para enseñárselas a sus hijos. Asisten a seminarios en donde se dan mutuas palmadas en las espaldas e intercambian consejos sobre cómo burlar las arbitrariedades aduaneras de aquellos exóticos países. Sus jefes contratan abogados que les aseguran la perfecta legalidad de lo que ellos y ellas están haciendo. Y tienen a su disposición un cuadro de psicoterapeutas y otros expertos en recursos humanos, para que les ayuden a persuadirse de que, en realidad, están ayudando a esas gentes desesperadas. El esclavista a la antigua usanza se decía a sí mismo que su comercio trataba con una especie no del todo humana, a cuyos individuos ofrecía la oportunidad de convertirse al cristianismo. Al mismo tiempo, entendía que los esclavos eran indispensables para la supervivencia de su propia sociedad, de cuya economía constituían el fundamento. El esclavista moderno se convence a sí mismo {o a sí misma} de que es mejor para los desesperados ganar un dólar al día que no ganar absolutamente nada. Y además se les ofrece la oportunidad de integrarse en la más amplia comunidad global. Él o ella también comprenden que esos desesperados son esenciales para la supervivencia de sus compañías, y que son los fundamentos del nivel de vida que sus explotadores disfrutan. Nunca se detienen a reflexionar sobre las consecuencias más amplias de lo que ellos y ellas, su nivel de vida y el sistema económico en que todo eso se asienta están haciéndole al planeta, ni sobre cómo, finalmente, todo eso repercutirá en el porvenir de sus propios hijos.
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