Book: A Room with a View
Quotes of Book: A Room with a View
I don't understand," she said at last. She understood very well, but she no longer wished to be absolutely truthful. "How are you going to stop him talking about it?" "I have a feeling that talk is a thing he will never do." "I, too, intend to judge him charitably. But unfortunately I have met the type before. They seldom keep their exploits to themselves." "Exploits?" cried Lucy, wincing under the horrible plural. "My poor dear, did you suppose that this was his first? Come here and listen to me. I am only gathering it from his own remarks. Do you remember that day at lunch when he argued with Miss Alan that liking one person is an extra reason for liking another?" "Yes," said Lucy, whom at the time the argument had pleased. "Well, I am no prude. There is no need to call him a wicked young man, but obviously he is thoroughly unrefined. Let us put it down to his deplorable antecedents and education, if you wish. But we are no farther on with our question. What do you propose to do?" An idea rushed across Lucy's brain, which, had she thought of it sooner and made it part of her, might have proved victorious. "I propose to speak to him," said she. Miss Bartlett uttered a cry of genuine alarm. book-quoteEn ese preciso momento el camino se abría y con una exclamación Lucy se encontró fuera del bosque. Luz y belleza la envolvía. Había ido a dar a una pequeña terraza que estaba cubierta de violetas de un extremo a otro.
- ¡Valor! -exclamó su compañero, erguido a unos seis pies de altura respecto a ella-. Valor y amor.
Ella no respondió. A sus pies el suelo se cortaba bruscamente dando paso a la panorámica. Violetas que se agrupaban alrededor de arroyos y corrientes y cascadas, regando la vertiente de la colina de azul, arremolinándose alrededor de los troncos de los árboles, formando lagunas en los agujeros, cubriendo la hierba con manchas de espuma azulada. Jamás volvería a haberlas en tal profusión. La terraza era el principio de lo bello, la fuente original donde la belleza hacía brotar agua que iba a la tierra.
De pie en el margen, como un nadador que se prepara, estaba el buen hombre. Pero no era el buen hombre que ella había pensado, y estaba solo.
George se había vuelto al oír su llegada. Por un momento la contempló, como si fuera alguien que bajaba de los cielos. Vio la radiante alegría en su cara, las flores que batían su vestido en olas azuladas. Los arbustos que la encerraban por encima. Subió rápidamente hasta donde estaba ella y la besó.
Antes de que ella pudiera decir algo, casi antes de que pudiera sentir nada, una voz llamó: ¡Lucy!, ¡Lucy!, ¡Lucy!. La señorita Bartlett, que era una mancha oscura en la panorámica, había roto el silencio de la vida. book-quote