A pesar de que nada debe ni puede ser tomado a la ligera cuando pides permiso para vivir en un país que no es el tuyo, pues estás siempre en una posición vulnerable, y más aún tratándose de Estados Unidos, es inevitable ignorar el tono casi enternecedor de las preocupaciones del cuestionario de la Green Card y sus visiones de las grandes amenazas del futuro: libertinaje, comunismo, flaqueza moral. El cuestionario tiene la inocencia de lo retro, la obsolescencia de ideologías pasadas, y recuerda la calidad granulosa que tenían las películas sobre la Guerra Fría que veíamos en formato Beta. El cuestionario de admisión para los niños indocumentados, en cambio, es frío y pragmático. Está escrito como en alta resolución y es imposible leerlo sin sentir la creciente certidumbre de que el mundo se ha vuelto un lugar mucho más jodido.
( Valeria Luiselli )
[ Tell Me How It Ends: An Essay ]
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