Dios y la gente se solidarizan con las víctimas. Pero no con cualquier víctima, sino con las víctimas que se victimizan con éxito. Mi ex mujer, por ejemplo. Cuando nos divorciamos, la criolla se volvió poeta y víctima; la profeta de las víctimas divorciadas. Ella acaba de publicar un librito de poemas en prosa muy rencorosos, autogestionados y trilingües, en la editorial imaginaria de su mentora, una poeta gringa que dirige un taller de poesía que se llama Hijas Espirituales de Mina Loy {SDML, por sus siglas en inglés}. Tiene la descortesía de invitarme a la presentación, que se celebra en su propio departamento. Como sé que le tengo que caer bien porque si no, no me presta a los niños nunca, tengo la cortesía de ir hasta Nueva York a verla.
( Valeria Luiselli )
[ Los ingrávidos ]
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