Don Gustavo, que se declaraba agnóstico {lo cual la Bernarda sospechaba era una afección respiratoria, como el asma, pero de señoritos}, opinaba que era matemáticamente imposible que la criada pecase lo suficiente como para mantener semejante ritmo de confesión.
( Carlos Ruiz Zafón )
[ La Sombra del Viento ]
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