En cambio, es un triunfo de la vida que la memoria de los viejos se pierda para las cosas que no son esenciales, pero que raras veces falle para las que de verdad nos interesan. Cicerón lo ilustró de una plumada: «no hay un anciano que olvide dónde escondió su tesoro».
( Gabriel García Márquez )
[ Memories of My Melancholy ]
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