En la Unión Soviética, igual que en los países del Este y en Corea del Norte, los censores exigían que el arte, la literatura y el cine estuvieran llenos de alegría, que los héroes fueran felices, que la trama hablara de lograr las cuotas de producción y que el final feliz pasara por un glorioso futuro revolucionario.
( Barbara Ehrenreich )
[ Sonríe o muere. La trampa del ]
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