Es aquí donde empieza la verdadera tolerancia - la tolerancia de lo que experimentamos como «imposible de soportar» {l'impossible-à-supporter} {Lacan} y en este nivel la corrección política de la izquierda liberal se acerca al fundamentalismo religioso con su propia lista de «imposible permanecer en silencio cuando nos enfrentamos a...»: nuestras propias blasfemias de {lo que es percibido como} sexismo, racismo y otras formas de intolerancia. Por ejemplo, ¿qué sucedería si algún periódico se burlara abiertamente del Holocausto? Es fácil burlarse de las regulaciones musulmanas de los detalles de la vida cotidiana {característica que el islam comparte con el judaísmo, dicho sea de paso}, pero ¿qué pasa con la lista políticamente correcta de formas de seducción que pueden ser interpretadas como acoso verbal, de chistes que son considerados racistas o sexistas, o incluso los casos de «especismo» {si uno se burla desconsideradamente de otras especies animales}? Lo que se debería subrayar a este respecto es la contradicción intrínseca de la postura de la izquierda liberal: la postura libertaria de ironía y burla universal, que se ríe de todas las autoridades, espirituales y políticas {la postura encarnada por Charlie Hebdo} tiende a desplazarse hacia su opuesto, una sensibilidad intensificada por el dolor y la humillación del otro.
( Slavoj Žižek )
[ Blasphemische Gedanken: Islam ]
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