La mayoría de nosotros puede llevarle nuestros problemas a Cristo, sin embargo, ¿somos capaces de dejarlos allí? ¿Permanentemente? ¿Con fe? Otra vez, dejemos que María sea nuestro modelo. Ella le llevó su problema a Jesús y lo dejó allí. «Lo que sea que él les diga, háganlo». Resiste el impulso de reclamar el problema una vez que lo has entregado.
( Max Lucado )
[ Antes del amén: El poder de ]
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