Madre mía, cuántos castillos en el aire hacíamos, escribió Micha más tarde. La situación habría podido seguir así enternamente. Era como para vomitar sin pausa, pero nosotros nos divertíamos a lo grande. Éramos todos tan listos, tan leídos, teníamos tanto interés..., pero el resultado era estúpido. Nos precipitábamos hacia el futuro, pero éramos tan del pasado... Dios mío, qué ridículos éramos, y ni siquiera nos dábamos cuenta.
( Thomas Brussig )
[ Am kürzeren Ende der ]
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