¡Preocupación! Qué pérdida de tiempo. Todos los libros sagrados tenían razón. Era evidente que la «preocupación» era indicio de persona primitiva y poco desarrollada espiritualmente. ¿Cómo era el verso de Yeats sobre los aturdidos sabios chinos? Todas las cosas se derrumban y se construyen de nuevo. Vetustos ojos centelleantes. Eso era la sabiduría. La humanidad se había indignado, había llorado y destruido durante siglos, quejándose de sus enclenques vidas individuales, cuando... ¿de qué servía todo ese dolor inútil? «Piensa en los lirios del campo.» ¿Por qué se preocupaba alguien de algo? ¿No éramos puestos como seres sensibles sobre la tierra para ser felices en el breve tiempo que se nos asignaba?
( Donna Tartt )
[ The Goldfinch ]
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