Un santo feliz es aquel que es consciente, al mismo tiempo, de la gravedad del pecado y de la inmensidad de la gracia. El pecado no se reduce, ni tampoco la capacidad de Dios para perdonarlo. El santo mora en la gracia, no en la culpa. Así se define un alma tranquila.
( Max Lucado )
[ Ansiosos por nada: Menos ]
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