En la narración de "Niños de nuestro vecindario" de Naguib Mahfouz, surge una declaración que invita a la reflexión: "En estos diálogos que nos rodean, solo los locos sueñan". Esta cita destaca el contraste entre aquellos que se atreven a soñar y las normas sociales que a menudo descartan tales aspiraciones como irracionales. Sugiere que dentro de los límites de la conversación cotidiana, los sueños genuinos se pasan por alto o se consideran anormales, enfatizando el aislamiento de los soñadores en un mundo pragmático.
Esta perspectiva invita a la reflexión sobre la naturaleza de la aspiración y las barreras impuestas por las expectativas sociales. El anhelo de soñar, a menudo visto como un signo de locura, desafía a los lectores a reconsiderar cómo perciben la ambición y la creatividad. Al posicionando el sueño como un rasgo de lo 'loco', Mahfouz critica la renuencia a abrazar la imaginación, alentando una apreciación por aquellos que luchan por más que los diálogos convencionales ordinarios.
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