Un elogio sirve como una colección de recuerdos apreciados, lo que nos permite honrar y recordar a los que hemos perdido. El profundo impacto de una persona resuena dentro de nosotros, asegurando que sigan siendo parte de nuestras vidas a través de nuestros pensamientos y emociones. Cada día sin ellos se convierte en un recordatorio de su ausencia y el amor que compartimos.
imaginar un mundo desprovisto de su presencia se siente como si reflejara una divinidad reducida. Sin embargo, la creencia de que la esencia de Dios es infinita proporciona consuelo, afirmando que mientras lloramos, el espíritu de la persona vive en nuestros corazones y en el mundo que nos rodea.