En la cita del libro de Philip K. Dick "Elija", el autor destaca la importancia de la experiencia humana, particularmente la de un farmacéutico experto, en comparación con la intervención divina. Si bien se reconoce la misericordia infinita de Dios, el énfasis se pone en los beneficios tangibles y prácticos que provienen del conocimiento y las habilidades de los profesionales que afectan directamente la vida de las personas.
La declaración sugiere que si bien la fe y la misericordia pueden proporcionar esperanza, es la sabiduría práctica y la toma de decisiones de un farmacéutico competente lo que finalmente resulta más valioso en situaciones del mundo real. Esto muestra la importancia de la capacidad humana y el papel que desempeña para garantizar el bienestar y la salud.