Alex, borracho o sobrio, no hacía distinción entre las horas del día y de la noche, ni tampoco las operaciones que tan bien conocía, pues no había noche y día en lo que a su trabajo se refería. Sólo había la luz apagada de los tubos fluorescentes en oficinas que nunca cerraban.
(Alex, drunk or sober, made no distinction between the hours of day and night, nor did the operations he knew so well, for there was no night and day where his work was concerned. There was only the flat light of fluorescent tubes in offices that never closed.)
En "La supremacía de Bourne" de Robert Ludlum, el personaje Alex demuestra un compromiso inquebrantable con su trabajo, demostrando que es ajeno al paso del tiempo, ya sea que esté bajo la influencia de alcohol o no. El concepto de día y noche se desvanece en su mundo, enfatizando la intensidad y la implacabilidad de sus operaciones.
La narrativa resalta la naturaleza artificial de su entorno, caracterizado por el brillo frío y constante de la iluminación fluorescente en oficinas siempre abiertas. Este entorno refleja el costo psicológico de su trabajo, donde la normalidad y la rutina se ven perturbadas por actividades y demandas perpetuas.