En "Have A Little Faith: A True Story", Mitch Albom destaca la esencia de la comunidad en I Am My Brother's Keeper, donde la membresía prosperó sin ningún requisito formal o esfuerzos de recaudación de fondos. En lugar de unidades de membresía convencionales o eventos sociales, el crecimiento de esta comunidad se basó en un anhelo compartido y profundo por la conexión y el apoyo espirituales.
Este enfoque enfatizó la simplicidad y la sinceridad de las relaciones humanas centradas en la fe. Subrayó cómo la necesidad genuina y la búsqueda de un propósito mayor pueden unir a las personas, fomentando un entorno donde las personas se unen para buscar a Dios y proporcionar apoyo mutuo sin las barreras que a menudo se ven en grupos organizados.
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