Sully reflexiona sobre el desafiante proceso de dejar de lado la ira larga, reflexionando sobre cómo liberar sentimientos de furia que se han convertido en parte de él. Se da cuenta de que liberar esta ira se siente como una experiencia desconocida, similar a la sensación de flotar en un sueño. Sus emociones están vinculadas a su historia de resentimiento, pensando en moverse en desalentador.
Sin embargo, mientras lee una carta en su sala de infancia, Sully comienza a percibir a Elliot Gray, alguien que consideraba un enemigo, bajo una nueva luz. En lugar de ver a Elliot únicamente a través de la lente de las quejas pasadas, comienza a entender que el perdón es posible. Este cambio en la perspectiva le permite a Sully contemplar la idea de liberarse de la amargura, lo que indica una transformación emocional significativa en su viaje.