Morrie Schwartz enfatiza la importancia de la elección individual cuando se trata de creencias y valores fundamentales. Si bien reconoce la necesidad de adherirse a las reglas sociales, como las leyes básicas y los estándares comunitarios, insiste en que los aspectos más profundos de la vida, como las convicciones personales y la moral, deben ser determinados por uno mismo. Alienta a las personas a pensar críticamente sobre lo que creen y a no dejar que otros dicten estos elementos esenciales de la identidad.
Esta perspectiva aboga por la autonomía personal a la hora de dar forma a la propia visión del mundo. El mensaje de Schwartz destaca un delicado equilibrio entre seguir regulaciones sociales menores y trazar su propio camino con respecto a filosofías de vida más importantes. Al instar a las personas a asumir la responsabilidad de su propia comprensión de las cuestiones más importantes de la vida, las capacita para vivir de manera auténtica y significativa, guiadas por sus principios internos en lugar de presiones externas.