En esta escena de "Engleby", el narrador observa a un hombre que se encuentra en la cama que sufre de una condición terminal. A medida que el hombre tose, la sangre escapa de su boca, marcando un momento marcado de su deterioro. Cuando el hombre finalmente deja de respirar, provoca una comprensión profunda para el narrador, que promete evitar un destino similar.
Este momento refleja temas de mortalidad y autoconciencia, ya que el narrador contempla la fragilidad de la vida. Las imágenes viscerales enfatizan el temor de la enfermedad y la muerte, lo que lleva a la determinación de vivir la vida intencionalmente y evitar la desesperación representada por el hombre moribundo.