El autor relata sus experiencias practicando a Chod en entornos misteriosos de India y Nepal, incluido un viaje a un terreno de Charnel cerca de un matadero. Allí, los imponentes montones de huesos de búfalo crearon una atmósfera inquietante que contribuyó a una experiencia de meditación inquietante. Durante una sesión de canto, los huesos comenzaron a cambiar, induciendo miedo en el autor mientras especulaban sobre la fuente del movimiento. A pesar del miedo, perseveraron en su práctica espiritual durante la noche.
A medida que se acercaba el amanecer, la sensación de alivio era palpable. El autor logró mantener con éxito su canto y meditación durante una noche llena de ansiedad, lo que destaca el coraje requerido para enfrentar el miedo mientras se dedica a la práctica espiritual. Esta narración sirve como un testimonio de los desafíos encontrados en el camino de la transformación, entrelazando perceptivamente elementos de miedo y compromiso.