En el libro "Engleby" de Sebastian Faulks, el narrador reflexiona sobre las complejidades de la naturaleza y la identidad humana a través de un análisis perspicaz de la genética. Notan las sorprendentes similitudes que los humanos comparten con otras especies, específicamente mencionando que los humanos comparten la mitad de su material genético con plátanos y casi todos con chimpancés. Esta comparación destaca la naturaleza aleatoria y a menudo defectuosa de nuestras construcciones psicológicas.
El narrador sugiere que las pequeñas diferencias genéticas que nos marcan como Homo sapiens pueden ser la causa raíz de nuestras inconsistencias psicológicas. Implican una sensación de resignación hacia este defecto inherente en la naturaleza humana, reconociendo que los mismos rasgos que nos hacen únicos a veces pueden conducir a la disfunción. Es un comentario estimulante sobre lo que significa ser humano y los desafíos que surgen de nuestra composición biológica.