Siddhartha representa una existencia dual como individuo fallecido y como concepto vivo que continúa inspirando. Es conocido por sus enseñanzas sobre la capacidad de superar el sufrimiento y moldear el destino de uno en vidas futuras. El viaje de Siddhartha enfatiza la importancia del autodescubrimiento y la atención plena ante la adversidad.
En lugar de centrarse únicamente en Siddhartha como figura histórica, la cita destaca la importancia de sus ideales. El orador expresa un anhelo de conectarse con los principios y enseñanzas que encarna Siddhartha, que trascienden el tiempo y siguen siendo relevantes para guiar a las personas hacia la iluminación personal.