En la narrativa, Jack cautiva a su audiencia con humor, compartiendo chistes que todos han escuchado antes, pero su entrega los hace sentir frescos y atractivos. Su manera persuasiva transforma la habitación, y se deleita con la alegría colectiva que crea. La risa que evoca sirve como un poderoso contrapunto a las duras realidades de la guerra que los rodean.
El deseo de risa de Jack se amplifica, ya que desea que ahogue la sombría de sus circunstancias. Se imagina que si su risa pudiera alcanzar un volumen ensordecedor, incluso podría despertar a los muertos y restaurar la cordura a un mundo problemático, destacando la importancia de la alegría como un medio para hacer frente a la desesperación.