La verdad era que la vida era tan corta, brutal y mala como siempre. Pero la gente no tenía que prestar tanta atención a la horrible verdad. A medida que la leyenda viviente del cruel tirano en la ciudad y el gentil hombre santo en la jungla crecieron, también creció la felicidad de la gente. Todos estaban empleados llenos
(The truth was that life was as short and brutish and mean as ever. But people didn't have to pay as much attention to the awful truth. As the living legend of the cruel tyrant in the city and the gentle holy man in the jungle grew, so, too, did the happiness of the people grow. They were all employed full)
En la narrativa, la realidad de la vida sigue siendo dura e implacable, sin embargo, las personas están menos centradas en estas sombrías verdades. Las historias de un tirano despiadado y un hombre santo de buen corazón se vuelven fundamentales para cómo la comunidad percibe su existencia, fomentando una sensación de felicidad entre la población.
Este aumento de la felicidad coincide con el pleno empleo, lo que sugiere que los mitos sociales pueden crear un amortiguador contra la desesperación. El encanto de estas figuras contrastantes permite a las personas mantener una apariencia de alegría, incluso en un mundo que es fundamentalmente brutal y desagradable.