Esta cita del libro "Engleby" de Sebastian Faulks destaca la tendencia de los individuos a aferrarse a comportamientos y creencias establecidos, a menudo a expensas de reconocer la imprevisibilidad inherente en las acciones humanas. Sugiere que las personas se arraigan tanto en sus rutinas y patrones que pasan por alto la verdad fundamental de que el comportamiento humano no es rígido, sino fluido y variado.
Además, la cita desafía la noción de una personalidad cohesiva o motivaciones consistentes dentro de los individuos. En lugar de ser gobernado por rasgos fijos, las personas a menudo actúan de manera aleatoria e impulsiva, lo que refleja una compleja interacción de emociones y circunstancias. Esta perspectiva enfatiza la complejidad de la naturaleza humana, invitando a los lectores a reconsiderar sus suposiciones sobre la identidad personal y la motivación.