En la historia de "Martes con Morrie" de Mitch Albom, dos oleadas en el océano participan en una conversación en la que una ola expresa miedo por chocar contra la orilla y desaparecer. Esta ola está ansiosa por el final de su existencia, destacando una preocupación humana común por la mortalidad y el miedo a la muerte.
Sin embargo, la segunda ola asegura la primera, enfatizando que no es simplemente una ola individual sino parte de algo más grande: el océano mismo. Este diálogo ilustra la idea de la conexión y la naturaleza duradera de la existencia, lo que sugiere que si bien las vidas individuales pueden terminar, contribuyen a un todo mayor que permanece perpetuo.