La cita refleja un cambio en el enfoque de la sociedad de individuos verdaderamente sabios a figuras superficiales que a menudo dominan el discurso público. El personaje observa que la sabiduría ha sido eclipsada por personas en entretenimiento, como los actores, que comparten fácilmente opiniones sobre varios temas sin la profundidad de entendimiento que viene con la sabiduría genuina.
Este comentario puede verse como una crítica de la cultura contemporánea, donde el estatus de celebridad a menudo otorga autoridad sobre temas serios. El declive de la sabiduría tradicional destaca una preferencia social por aquellos que son carismáticos en lugar de conocedores, lo que plantea preocupaciones sobre la calidad de la conversación y la comprensión pública.