Tenemos una forma de lavado de cerebro en nuestro país ", suspiró Morrie." ¿Sabes cómo lavan el cerebro a las personas? Repiten algo una y otra vez. Y eso es lo que hacemos en este país. Ser dueño de las cosas es bueno. Más dinero es bueno. Más propiedad es buena. Más comercialismo es bueno. Más es bueno. Más es bueno. Lo repitemos, y lo repitemos para nosotros, y más hasta que nadie se molesta en pensar lo contrario. La persona promedio está tan empañada por todo esto que ya no tiene perspectiva de lo que es realmente importante.
(We've got a form of brainwashing going on in our country," Morrie sighed. "Do you know how they brainwash people? They repeat something over and over. And that's what we do in this country. Owning things is good. More money is good. More property is good. More commercialism is good. More is good. More is good. We repeat it-and have it repeated to us-over and over until nobody bothers to even think otherwise. The average person is so fogged up by all this, he has no perspective on what's really important anymore.)
Morrie expresa preocupación por una forma generalizada de lavado de cerebro en la sociedad, donde ciertas ideas se repiten incesantemente, lo que lleva a las personas a aceptarlas sin duda. Él destaca la creencia de que poseer posesiones materiales y acumular riqueza son inherentemente buenos, con mensajes de comercialismo continuamente reforzados. Esta repetición constante da forma a las percepciones de las personas hasta el punto en que aceptan estos valores como verdades.
Como resultado, los individuos se desorientan y pierden de vista lo que realmente importa en la vida. Morrie sugiere que este enfoque abrumador en el materialismo nube al juicio y evita que las personas reflexionen sobre aspectos más profundos y más significativos de la existencia. En última instancia, esta crítica desafía los valores de la sociedad moderna e insta a una reevaluación de prioridades más allá de la riqueza material.
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