La cita critica el enfoque de una persona para los negocios, lo que sugiere que carecen de madurez y profesionalismo. Este individuo se compara con un niño que simplemente imita los comportamientos de los adultos sin una comprensión más profunda de lo que significa operar con éxito en un entorno empresarial. Su perspectiva es ingenua, viendo el atuendo comercial y la conducta a través de una lente inexperta, como si todavía estuviera en sus años de formación.
El autor contrasta el juego de este niño con las expectativas de los profesionales comerciales reales, lo que implica que la verdadera competencia requiere más que apariciones externas. Para tener éxito, uno debe encarnar los atributos y las ideas que provienen de la experiencia, en lugar de la imitación superficial. Esto requiere un compromiso más profundo con las realidades del mundo de los negocios, más allá de vestir la parte.