Adolf Hitler, nacido en Austria en 1889, llegó al poder como líder del Partido Nacional de Trabajadores Alemanes Nacionales (Partido Nazi) y se convirtió en canciller de Alemania en 1933. Su vida temprana estuvo marcada por aspiraciones de convertirse en artista, pero enfrentó Muchos rechazos y lucharon con la pobreza. Este período de su vida dio forma a sus puntos de vista sobre el nacionalismo y el antisemitismo, lo que finalmente lo llevó a abogar por un régimen totalitario que promovió la supremacía aria. Bajo el liderazgo de Hitler, Alemania se embarcó en un camino de expansionismo agresivo, que incluyó la invasión de Polonia en 1939, provocando la Segunda Guerra Mundial. Su régimen se caracterizó por el militarismo extremo, la xenofobia y la persecución sistemática patrocinada por el estado de los judíos y otras minorías, que culminan en los horrores del Holocausto. La visión de Hitler para una gran Alemania condujo a una devastación generalizada en Europa y millones de muertes. A medida que avanzaba la guerra, las estrategias de Hitler comenzaron a fallar, enfrentando derrotas significativas a múltiples frentes. Su dictadura estaba marcada por la paranoia, y se aisló de la realidad cuando los aliados se cerraron. En abril de 1945, a medida que la derrota se volvió inminente, Hitler se suicidó en su búnker en Berlín. Su legado es uno de destrucción, totalitarismo y genocidio, que representa uno de los capítulos más oscuros de la historia. Adolf Hitler, nacido en Austria en 1889, subió al poder como líder del Partido Nacional de Trabajadores Alemanes Nacionales (Partido Nazi) y se convirtió en canciller de Alemania en 1933. Su régimen se caracterizó por el militarismo extremo, la xenofobia y la persecución sistemática patrocinada por el estado de los judíos y otras minorías, culminando en los horrores del Holocausto. A medida que avanzaba la guerra, las estrategias de Hitler comenzaron a vacilar, enfrentando derrotas significativas a múltiples frentes, y en abril de 1945, se suicidó en su búnker en Berlín.