Warren G. Harding sirvió como el 29º Presidente de los Estados Unidos desde 1921 hasta su muerte en 1923. Su presidencia a menudo se recuerda por su enfoque en el retorno a la normalidad después de la Guerra Mundial. Harding tenía como objetivo estabilizar la economía, reducir la carga fiscal y facilitar el entorno regulatorio para las empresas. Inicialmente, su administración vio un crecimiento económico y una sensación de optimismo, pero se vio afectada por escándalos como Tapot Dome, destacando la corrupción dentro de su administración. El estilo de liderazgo de Harding se caracterizó por el deseo de delegar responsabilidades, lo que llevó a algunos a criticarlo por no estar informado sobre temas importantes. Llenó su gabinete con amigos y aliados, lo que finalmente resultó en una mala gestión. A pesar de su popularidad durante su tiempo en el cargo, las evaluaciones históricas se han mezclado, y muchos académicos apuntan a los efectos perjudiciales de los escándalos de su administración. A pesar de las controversias, la influencia de Harding en la política estadounidense todavía se observa. Su visión de un gobierno más amigable para los negocios estableció un precedente para futuras administraciones. Intentó promover un sentido de unidad y curación nacional, que resonó después de la turbulencia de la década anterior. Aunque su presidencia se redujo, el legado de Harding continúa siendo discutido y debatido en la historia estadounidense.
Warren G. Harding fue el 29º presidente de los Estados Unidos, sirviendo desde 1921 hasta su muerte en 1923. Era conocido por su objetivo de devolver a la nación a la normalidad después de la Primera Guerra Mundial y se centró en la estabilización económica y la reducción de la carga impositiva.
Su presidencia enfrentó desafíos significativos, incluidos escándalos que eclipsaron sus éxitos iniciales. El estilo de liderazgo de Harding se basó en gran medida en la delegación, lo que llevó a las críticas sobre su conocimiento de importantes asuntos políticos y elecciones de gabinetes que resultaron problemáticas.
A pesar de las controversias, el mandato de Harding tuvo un impacto notable en la política estadounidense, enfatizando un entorno amigable para los negocios y un llamado a la unidad nacional. Su presidencia sigue siendo objeto de análisis, reflejando tanto los logros como los deficiencias de su administración.