En el libro de Philip K. Dick "Elija", el autor reflexiona sobre la naturaleza de la inteligencia humana y su relación con el lenguaje. Él postula que nuestros cerebros pueden entenderse como una disposición compleja de partes que representa el lenguaje en sí. Esta conexión sugiere que nosotros, como individuos, encarnamos esta estructura lingüística del cerebro.
A pesar de esta relación intrínseca, Dick reflexiona por qué a menudo somos ajenos a este entendimiento. Él cuestiona el estado actual de nuestra conciencia e inteligencia, lo que sugiere que ha habido una desconexión al reconocer nuestra verdadera naturaleza como seres del lenguaje. Esta visión introspectiva enfatiza la necesidad de una autoconciencia y comprensión más profundas de la cognición y la comunicación humana.