En el "almuerzo desnudo" de William S. Burroughs, las imágenes de un coprófagos destacan los temas de absurdo y lo grotesco en la naturaleza humana. El acto de pedir un plato, defecarlo y, posteriormente, consumir el excremento significa una celebración perversa de los instintos y deseos base. Refleja una crítica de las normas sociales y las verdades a menudo desagradables que los individuos enfrentan en sus vidas.
Esta escena evocadora desafía al lector a enfrentar realidades incómodas, enfatizando las complejidades de la experiencia humana. Burroughs usa esta vívida metáfora para explorar los límites del placer, el consumo y la repulsividad que puede acompañarlos. La frase "mmmm, esa es mi rica sustancia" sugiere una apreciación retorcida por lo que normalmente se considera indeseable, lo que provoca reflexiones más profundas sobre la moralidad y el deseo.