Hace unos años, escuché a un rabino dar una charla y ella estaba explicando lo que es una bendición. Es un nombre de algo, dijo. Lo que estás bendiciendo ya tiene que ser latente en la persona, de lo contrario no significa nada. Pero si es {latente}, y bendiga lo que aún no ha salido, la fruta, es una acción muy poderosa. Piense en su escritura como una bendición. Te dejaré con eso. {Aimee Bender, "Sobre la creación de huertos"}
(A few years ago, I listened to a rabbi give a talk and she was explaining what a blessing is. It is a naming of something, she said. What you are blessing already has to be latent in the person, otherwise it doesn't mean anything. But if it is {latent}, and you bless what hasn't yet come forth - the fruit - it is a very powerful action. Think of your writing as bestowing a blessing. I'll leave you with that. {Aimee Bender, "On the Making of Orchards"})
Un rabino describió las bendiciones como una forma de reconocer y nombrar lo que ya está presente dentro de alguien, incluso si aún no se ha manifestado. Este proceso es significativo, ya que lleva al potencial ligero que puede no haber sido reconocido antes. Tal bendición permite a la persona y puede conducir a profundas transformaciones.
El concepto de ver la escritura como una forma de bendición enfatiza la importancia de reconocer las cualidades inherentes y el potencial en nuestro trabajo. Cuando los escritores reconocen y fomentan estas posibilidades latentes, participan en un acto creativo que tiene el poder de inspirar y elevarse tanto a sí mismos como a su público.