Maurice enseñó que es importante dejar que el dolor se exprese en lugar de suprimirlo. Las personas necesitan el espacio para procesar su tristeza sin sentirse presionado para cumplir con las expectativas de comodidad de los demás. Este enfoque reconoce la importancia de permitir que las emociones surjan naturalmente para experimentarlas y comprenderlas completamente.
Además, aconsejó tener cuidado al ofrecer comodidad física a los demás. Si bien el tacto puede ser relajante, también puede imponer un sentido de obligación que puede obstaculizar el diálogo abierto. Reconocer este equilibrio es crucial para ayudar a alguien a navegar su dolor auténticamente, permitiéndoles compartir sus sentimientos libremente.