Esta cita refleja una observación profunda sobre la tendencia de la sociedad a idolatrar a los héroes en función de sus apariciones externas. Las personas a menudo admiran estas figuras cuando están en su mejor momento, presentando una imagen pulida e impecable. Esta apreciación superficial pasa por alto los sacrificios y luchas que estos héroes perduran en su línea de deber.
El autor destaca la ironía de esta admiración selectiva, ya que implica que la sociedad puede preferir reconocer a los héroes en un estado perfecto en lugar de reconocer el dolor y las heridas reales que llevan. Llama la atención sobre la importancia de comprender y apreciar el verdadero costo del heroísmo, que a menudo implica desafíos y sacrificios personales invisibles.