La cita "Un mundo impío nunca será ganado a Cristo por una iglesia impía" del libro de Randy Alcorn, "El principio de pureza: las salvaguardas de Dios para los peligrosos senderos", enfatiza la importancia de la pureza y la santidad dentro de la iglesia. Alcorn sugiere que la integridad moral y espiritual de la iglesia es crucial para alcanzar e influir efectivamente en el mundo para Cristo. Si la Iglesia no incorpora los valores que predica, socava su misión y testimonio.
Esta declaración sirve como un recordatorio de que la Iglesia debe defender sus principios y vivir su fe auténticamente. Una iglesia impía, una que no refleja el carácter de Cristo, luchará para llevar a otros a una fe genuina. Por lo tanto, el cumplimiento de la pureza espiritual no solo fortalece la iglesia internamente sino que también mejora su capacidad para conectarse y transformar el mundo circundante.