... y el aire cálido olía a moho y algún instinto, programado por todas las películas que había visto y todas las canciones que había escuchado cantar y todas las historias que había leído sobre Nueva York, me informaron que nunca volvería a ser las mismas. De hecho nunca lo fue.
(... and the warm air smelled of mildew and some instinct, programmed by all the movies I had ever seen and all the songs I had ever heard sung and all the stories I had ever read about New York, informed me that it would never be quite the same again. In fact it never was.)
En "Adiós a todo eso" de Joan Didion, el autor reflexiona sobre un momento en Nueva York donde los detalles atmosféricos, como el aroma del moho, evocan un profundo sentido de nostalgia. Esta experiencia sensorial desencadena la transformación de la ciudad, insinuando una pérdida de inocencia y la inevitabilidad del cambio.
Didion sugiere que nuestras percepciones de los lugares están formadas por narrativas culturales, desde películas hasta canciones, historias. Esta mezcla de la imaginación y la realidad subraya el peso emocional de su conexión con Nueva York, lo que finalmente lleva a la comprensión de que la ciudad será diferente de la forma en que una vez lo conoció.