En "Palacio del deseo", Naguib Mahfouz explora la naturaleza compleja de la belleza, describiéndola como una fuente de emociones profundas y un intenso impulso dentro del espíritu humano. La belleza desencadena una reacción profunda en el corazón, evocando dolor y anhelo, al tiempo que infunde la vida con vitalidad energética. Esta dualidad ilustra cómo la belleza puede ser edificante y atormentante, lo que refleja la intrincada interacción de sentimientos que inspira.
Además, la búsqueda de la belleza se representa como un viaje apasionado realizado por el alma. Sugiere una búsqueda implacable que lleva al espíritu hacia aspiraciones más altas, simbolizada por los cielos. Mahfouz captura la esencia de esta persecución, enfatizando que la búsqueda en sí misma está llena de fervor e intensidad, ilustrando cómo la belleza motiva a las personas a aspirar a la grandeza y la trascendencia.