Porque cuando, anteriormente, se habían sacado un libro de sus manos, había mirado al espacio tan desconcertantemente que nos hizo sentir como meter una bolsa sobre su cabeza. A veces, si no tuviera un libro, para ocupar los ojos de Joseph, plantaba un panel lateral de caja de cereal frente a él, y sus ojos se deslizarían y se unían a las palabras, como si no pudieran hacer nada más que deambular y flotar en el aire hasta que las palabras y los números los anclaran en nuestro mundo.
(Because when, previously, they had wrenched a book out of his hands, he had stared into space so disconcertingly it made the rest of us feel like putting a bag over his head. Sometimes, if he didn't have a book, to occupy Joseph's eyes I would plant a cereal-box side panel in front of him, and his eyes would slide over and attach to the words, as if they could not do anything but roam and float in the air until words and numbers anchored them back into our world.)
En "La tristeza particular del pastel de limón", Aimee Bender pinta una imagen vívida de un personaje llamado Joseph, que parece estar a la deriva en sus propios pensamientos cuando está privado de leer material. El narrador describe una experiencia en la que la intensa mirada de Joseph, aparentemente perdida en la contemplación, hace que los que lo rodean sean incómodos. Esto captura la idea del escapismo a través de la literatura, destacando cuán importantes son los libros para su compromiso mental.
Además, el narrador recurre a soluciones creativas para ayudar a Joseph a recuperar el enfoque, como el uso de un panel de cajas de cereales para dirigir su atención a las palabras. Esto sugiere que la mente de Joseph necesita estimulación constante para unirla a la realidad, ilustrando un tema más profundo de conexión con el mundo a través del lenguaje. La escritura de Bender evoca un sentido de empatía y conciencia de las luchas de los personajes con el compromiso y el impacto de la literatura en sus vidas.