La compasión va más allá de simplemente recoger lados en cualquier conflicto y busca conectarse con una comprensión más profunda de nosotros mismos y de los demás. Permite el reconocimiento de nuestros propios sentimientos y realidad sin comprometer la humanidad de quienes pueden causarnos dolor. Esta conciencia más profunda nos ayuda a mantener la apertura a las experiencias y verdades de los demás, lo que puede ser desafiante, especialmente cuando nos sentimos heridos.
Mark Nepo enfatiza que la verdadera compasión abarca la complejidad de las emociones humanas. No nos obliga a negar nuestra propia verdad o las malas acciones de los demás, sino que nos anima a reconocer nuestra humanidad compartida. Al hacerlo, podemos fomentar un espacio para la curación y la comprensión, lo que nos permite navegar nuestras relaciones con un sentido de empatía y gracia incluso en situaciones difíciles.