A estas alturas, el sol de la mañana estaba justo en el horizonte y me llegó como un campo de arma entre las casas de mi antiguo vecindario. Arrojí mis ojos. Siendo a principios de octubre, ya había montones de hojas empujadas contra las hojas de la acera de lo que recordaba de mi otoño y un espacio abierto aquí en el cielo. Creo que lo que más notas cuando no has estado en casa en mucho tiempo es cuánto han crecido los árboles alrededor de tus recuerdos.
(By now, the morning sun was just over the horizon and it came at me like a sidearm pitch between the houses of my old neighborhood. I shielded my eyes. This being early October, there were already piles of leaves pushed against the curb-more leaves than I remembered from my autumns here-andless open space in the sky. I think what you notice most when you haven't been home in a while is how much the trees have grown around your memories.)
El protagonista reflexiona sobre regresar al vecindario de su infancia, donde el sol de la mañana los golpea inesperadamente, que recuerda a un lanzamiento rápido en el béisbol. Esta mañana de principios de octubre está marcada por una cantidad significativa de hojas caídas reunidas a lo largo de la acera, más de lo que recuerdan de sus visitas anteriores. Todo parece un poco más concurrido, creando una nostalgia agridulce por el espacio que alguna vez conocieron.
A medida que absorben los cambios, se hace evidente que el tiempo ha alterado su paisaje familiar. Los árboles, ahora más llenos y más altos, eclipsan el cielo abierto que una vez caracterizó sus recuerdos. Esta realización resalta cómo el paso del tiempo puede afectar no solo el entorno físico, sino también la conexión emocional con los lugares que tienen un significado profundo.