En su libro "Potata caliente", Frances Collette enfatiza las diversas necesidades de los niños cuando se trata de entornos de aprendizaje. Ella señala que los niños que están inquietas y requieren movimiento pueden encontrar beneficioso pararse mientras hacen sus lecciones, lo que les permite concentrarse mejor. Para aquellos que responden positivamente a la presión, participar en actividades como exprimir o levantar objetos pesados puede proporcionar el aporte sensorial que necesitan para mantener la calma y la atención.
Collette también aborda los desafíos que enfrentan los niños que son sensibles al sonido, lo que sugiere que estos niños pueden necesitar entornos más tranquilos para prosperar académicamente. Además, para los estudiantes que se vuelven fácilmente abrumados, las técnicas como la respiración profunda pueden ser efectivas para ayudarlos a controlar el estrés y redirigir su energía. En general, el libro aboga por estrategias personalizadas para apoyar diferentes necesidades sensoriales en entornos educativos.
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