El coronel Cathcart ejemplifica una mentalidad resistente a los estándares fijos de logro. En lugar de esforzarse por un nivel absoluto de excelencia, mide su éxito a través de las comparaciones con sus compañeros. Este enfoque revela una comprensión superficial del logro, donde hacer lo que sea tan bien como a su alrededor es suficiente para su autoestima.
Al centrarse en el rendimiento relativo en lugar del crecimiento personal o los estándares absolutos, la perspectiva de Cathcart refleja un comentario más amplio sobre la ambición y la competencia. Su enfoque subraya los absurdos de la política militar y los valores a menudo fuera de lugar en el liderazgo, enfatizando una cultura donde la mediocridad puede prevalecer si se alinea con los logros de los demás.