En "Last Kiss" de Luanne Rice, el autor explora la profunda conexión entre el cuerpo humano y la naturaleza. El protagonista entiende que el físico humano está compuesto en gran medida de agua, lo que atrae una analogía con el agua salada presente en los océanos y ríos. Esta realización destaca los lazos intrínsecos que los humanos tienen con el mundo natural que los rodea.
La narrativa ilustra aún más la naturaleza cíclica de la existencia humana al comparar el ritmo del cuerpo femenino con las fases lunares. Así como la luna influye en las mareas oceánicas, también se conecta con los ciclos biológicos de las mujeres, enfatizando la continuidad entre la vida humana y los ritmos cósmicos de la naturaleza.