La cita destaca la actitud indiferente de los neoyorquinos hacia las alarmas, lo que refleja un sentido más amplio de desensibilización urbana. En una bulliciosa ciudad donde las alertas son frecuentes, los residentes han aprendido a ignorar las advertencias a menos que haya un peligro claro e inmediato, como un incendio o una explosión. Este comportamiento subraya la tensión constante en las ciudades donde el ruido de la vida a veces ahoga amenazas genuinas.
La declaración "Todo duele" transmite una fatiga emocional más profunda, lo que indica que en medio del caos y el ruido, las personas pueden sentir una sensación de estrés y dolor abrumadores. Este dolor es parte del paisaje de la ciudad, que ilustra cómo el estado crónico de urgencia puede desglosar incluso los habitantes más duros. Pinta una vívida imagen de la vida urbana, donde la supervivencia a menudo significa manejar la incomodidad y navegar a través de un mar de apatía.