En su libro "Heaven", Randy Alcorn discute la interconexión de la humanidad y la tierra, enfatizando que ambos fueron afectados por la maldición introducida en Génesis 3:17. Este evento bíblico condujo a la frustración y el deterioro tanto en la creación como en la existencia humana, destacando la profunda relación entre el hombre y el mundo. Alcorn sugiere que desde que cayeron juntos debido al pecado, también están destinados a elevarse juntos.
La perspectiva de Alcorn retrata una visión de la esperanza, donde la restauración de la creación está entrelazada con la redención de la humanidad. Esto implica que la curación y la renovación que esperan tanto la tierra como los seres humanos son parte de un plan divino, lo que demuestra su unidad tanto en el sufrimiento como en la salvación.