El personaje experimenta un profundo desapego de sus emociones, incapaz de sentir dolor o tristeza. Este estado de ser conduce a una sensación surrealista de calma, donde su conciencia se asemeja a una presencia ahumada e intangible, a la deriva sin apego a ningún sentimiento. Este destacamento destaca una exploración más profunda de su existencia y confusión interna, lo que sugiere una lucha para conectarse con su humanidad.
En "Las cinco personas que conoces en el cielo", este entumecimiento emocional sirve como punto fundamental para el viaje del personaje. Plantea preguntas sobre la naturaleza del sufrimiento y la importancia de las experiencias emocionales. Mientras lidia con esta calma, la narración invita a los lectores a reflexionar sobre sus propias experiencias con el dolor y la condición humana, enfatizando la importancia de la conexión emocional en la comprensión del propósito de la vida.